lunes, 23 de junio de 2014

la leyenda de la rosa negra

Si, fieles lectores de la terrorífica revista online Miedo Magazine, es hora de otra nueva historia de las que os gustan, de las que se dice son mi especialidad. Nuevamente os traigo a vuestras oscuras noches una historia sobre vampiros. Durante siglos, los hijos de la noche han oído historias sobre un objeto legendario...un objeto cuyo poder no era sino la capacidad de controlar y manipular los corazones de todo ser viviente sobre la tierra. Ese objeto, no era ora cosa que una rosa...una rosa negra. Se cuenta que, una noche, un viejo campesino volvía a su hogar tras un duro trabajo en el campo. Cargaba cansado su azadón sobre su hombro y arrastraba los pies por la tierra, resoplando. Se detuvo de pronto cuando, frente al camino, escuchó lo que parecía un triste lamento. Extrañado y asustado a partes iguales dada las horas que eran, se alejó del camino, adentrándose entre los matorrales dirigiéndose hacia el lugar del que creía provenía aquel lamento. Tras un gran arbusto, descubrió que éstos eran provocados por una joven que lloraba de rodillas desconsoladamente. La luna llena brillaba con fuerza esa noche, iluminando a la chica, la cual vestía un largo vestido negro, a juego con su largo y oscuro cabello. El campesino pudo ver gracias a la luna que la joven tenía una piel pálida y fina, como si por sus venas no corriera sangre alguna. Preocupado por la salud de la joven, el campesino salió de los arbustos y se acercó a ella, la cual, al escucharlo acercarse, giró levemente su cabeza y le miró a los ojos, mostrando unos hermosos y profundos ojos negros. El campesino se detuvo de golpe, y trató de calmarla para que no se asustara, preguntándole si se encontraba bien y si necesitaba ayuda. La joven aún sollozaba, pero al escuchar las palabras del campesino se secó las lágrimas que corrían por sus mejillas y esbozó una pequeña y casi imperceptible pero a la vez linda sonrisa. Los carnosos labios de la chica fascinaron al campesino, así como el brillo de sus blancos y relucientes dientes. La joven se incorporó con timidez, y negó con la cabeza cuando el campesino volvió a preguntarle si necesitaba ayuda. No se preocupe, amable caballero, pues solo estoy entristecida, ya que mi amado murió recientemente y me siento sola e indefensa sin sus consejos y su protección.... El campesino se acercó a la joven y le tendió su mano, ofreciéndole su ayuda, correspondiendo ésta al detalle de su nuevo amigo. La chica agradeció al campesino su ayuda regalándole una rosa negra que llevaba en la mano. Oh, hermosa flor, mi señora, pero no puedo aceptar semejante presente, pues solo soy un humilde y pobre campesino... dijo el hombre. Acéptela, se lo suplico, como muestra de agradecimiento por su preocupación hacia mí...y si necesita cualquier cosa que pueda hacer por vos, solo hagamelo saber respondió la joven, agradecida. El campesino observó en silencio la belleza de la joven durante un instante, y rápidamente se apresuró a invitarla a su hogar, alegando que la noche no era segura para alguien como ella. La joven miró al viejo campesino un segundo, y asintió tímidamente, aceptando su invitación. Caminaron durante unos minutos hasta encontrar finalmente la cabaña en la que residía el campesino, el cuál abrió la puerta y muy amablemente invitó a su acompañante a pasar. Una vez en el interior de aquel lugar, el hombre condujo a la joven hacia una pequeña habitación en la que había una vieja y rudimentaria cama, diciéndole que podía quedarse allí a pasar la noche si lo deseaba. la joven se negó en un principio, pero entonces contempló por una ventana de la habitación que, en el horizonte comenzaba a amanecer. Nerviosa, aceptó la invitación del campesino y lo echó de la habitación, alegando que estaba cansada y que quería dormir un poco. Éste decidió entonces que debería ir a dormir, pero entonces se percató también de que ya estaba amaneciendo, cosa que le extrañó, así que decidió volver sobre sus pasos y, silenciosamente, abrió la puerta, asomándose al interior de la habitación. Su mirada viajó por el lugar en penumbra hasta que sus ojos se detuvieron sobre la cama, en la que yacía la joven, durmiendo plácidamente, sujetando entre sus delicados dedos la rosa negra que en un principio le había ofrecido. Entonces, el campesino, viudo y sólo como se había quedado hacía ya años, sintió en su pecho un enorme ardor, como si su cansado corazón se estuviera quemando, y su mente fué asaltada de golpe por un terrible deseo hacia la hermosa joven. Como si su mente racional hubiera dejado de existir de pronto, el viejo campesino entró de puntillas en la habitación, y se acercó silenciosamente hacia la cama en la que dormía la joven. Con mucho cuidado, el campesino comenzó a desnudarse, y una vez terminó, se acercó al rostro de la joven y, con sus viejos y sucios dedos, acarició su mejilla, sus labios, su cuello, y continuó bajando por el cuerpo. Después, el campesino inclinó su cabeza hacia la de la joven, que continuaba dormida sin ser consciente de lo que sucedía, y se dispuso a besarla, pero entonces, aquella escena se tornó de pronto una pesadilla para el viejo campesino. En un instante, sintió como una poderosa y fría mano le sujetaba con fuerza el cuello, impidiéndole el paso de aire hacia sus pulmones. Sorprendido, el campesino trató de retroceder, pero fué en vano. Pudo ver con horror como los ojos, antaño negros de la joven, se abrían de golpe con un color rojo sangre muy intenso. Entonces, el alma del campesino se lleno de horror, y trató desesperádamente de zafarse de la joven, pero ésta poseía en su mano una increíble fuerza sobrehumana. La joven se incorporó en la cama y observó un instante el cuerpo desnudo del campesino, de forma que sus dulces labios dibujaron en su rostro una mueca de asco. la joven avanzó por la habitación, sujetando el cuello del campesino, entonces, mirándole a los ojos, levantó el cuerpo del viejo campesino a dos palmos del suelo con apenas un brazo y bajó su mirada hasta detenerse en el miembro de éste. Vaya vaya...veo que sois la clase de hombre que piensa más con "eso" que con vuestro cerebro, ¿eh? bien, es hora de que reciba vuestro castigo por intentar abusar de una chica indefensa. Dijo la joven sujetando el miembro del campesino y separándolo de su cuerpo con un fuerte tirón. Fué tal el dolor que sintió el campesino que su grito se ahogó en su garganta, siendo incapaz de emitir sonido alguno, nisiquiera cuando, tras la amputación, la joven lanzó el cuerpo de éste contra una de las paredes de la habitación, echándose sobre él y sonriendole sádica, mostrando sus largos y afilados colmillos. ¿Duele? pues más doloroso es que en éste mundo aún haya hombres como tú...pero seré benévola contigo y daré fin a tu sufrimiento aquí y ahora... Dijo la joven abriendo su boca y lanzándose sobre el cuello del horrorizado campesino, quien finalmente sí pudo emitir un grito de terror tan fuerte que incluso una bandada de murciélagos que dormía en un árbol a varios metros del lugar del suceso despertaran y huyeran volando de la zona. Buenas noches y felices pesadillas.