viernes, 31 de octubre de 2014

Especial Halloween 2014: La linterna de Jack, el origen de Halloween

Muy buenas noches, fieles lectores de Miedo Magazine, finalmente llegó mi fiesta favorita del año...la noche de los difuntos...¡Halloween!. Una fecha tan señalada no podía ni mucho menos pasar inadvertida para vuestra revista de terror online favorita, así pues, aquí les traigo una leyenda relacionada con ésta festividad para empezar la celebración de ésta noche como merece, y posteriormente, como ya dije, tendremos una nueva entrega de "Duelos Creepy", la tercera, que espero tenga tanto exito como las anteriores. Espero que las disfruten. Feliz Halloween y dulces pesadillas.

Todos conocemos la típica costumbre de tallar rostros de aspecto terrorífico en calabazas por Halloween. Estas calabazas son conocidas en todo el mundo como las "Jack-o-Lanterns" o "Linternas de Jack". Éstas tienen su origen en una antigua leyenda irlandesa, que trata sobre un hombre al que llamaban Jack "El tacaño", de la cual voy a hablaros.
Hace muchos años, tantos que ni me acuerdo, vivía en Irlanda un hombre llamado Jack, al cual apodaron "El tacaño" debido a su mala fama de estafador y moroso. Una noche, en la que el vino corrió más de la cuenta, Jack conoció a un tipo en una taberna, el cual se presentó ante él como el mismísimo demonio, y Jack, a modo de burla, le dijo que le vendía su alma a cambio de que lo invitara a una última copa y pagara todas sus deudas con el tabernero. El demonio aceptó gustoso, y rápidamente se transformó en una moneda de plata para pagar el vino, y al ver eso, Jack, reconociéndolo como el verdadero demonio, pensó rápidamente en una solución. Agarró la moneda y la guardó en su bolsillo, junto a una cruz, de modo que obligó al demonio a que no pudiera volver a su forma original a menos que le prometiera no volver a pedir su alma en diez años. Puesto que no tenía más opción, el demonio aceptó, de modo que Jack quedó libre de aquel trato.
Diez años más tarde, Jack volvió a encontrarse cara a cara con el demonio en lo más profundo de un bosque, en el cuál el demonio le recriminó el pago de su alma. Rápidamente, Jack miró a su alrededor, y pidió al demonio que, como último deseo, le permitiera comer una manzana de un árbol cercano. Considerándolo un favor aceptable, puesto que no incluía transformarse nuevamente, el demonio aceptó, de un ágil salto subió al árbol y agarró una de sus manzanas. Sin embargo, Jack tomó una pequeña navaja de su bolsillo y talló otra cruz en el tronco del árbol, impidiendo al demonio bajar de él. De modo, que Jack le hixo prometer que, si le permitía bajar, nunca más volvería a reclamar su alma, a lo que el demonio se vió obligado a aceptar, liberando a Jack nuevamente de aquel trato.
Años más tarde, cuando Jack murió, se le fué prohibida la entrada al cielo, pues durante su vida terrenal había sido un borracho, jugador y estafador, de modo que fué enviado al infierno. Cuando Jack llegó a las puertas del infierno, el demonio rápidamente lo reconoció, y, recordándole su trato, rechazó el alma de Jack, negándole la entrada al infierno. Y ahora...¿A dónde iré yo?-preguntó Jack-Al lugar de donde has venido- respondió el demonio, devolviéndo al alma de Jack a la tierra y enviándole desde el mísmo infierno un carbón al rojo vivo para que pudiera alumbrarse en la oscuridad. Entonces, Jack tomó un nabo, lo vació e introdujo el carbón al rojo en su interior, de forma que nunca se apagara, y poder vagar por el mundo de los vivos como alma en pena, durante toda la eternidad.
Cuando los inmigrantes irlandeses llegaron a Estados Unidos, llevaron consigo sus costumbres, pero al ver que allí no había nabos, utilizaron calabazas para tallarlas y colocar velas en su interior, costumbre que con los años se hizo común en todo el país y viajó por todo el mundo, conocida como la actual Jack-o-Lantern. 



lunes, 27 de octubre de 2014

Dios nos ha abandonado

Seguro que muchos de vosotros, fieles lectores de Miedo Magazine, piensan que el horror que envuelve lo paranormal no es compatible con la ciencia y su lógica matemática. Pues bien, para esos cerebritos que creen que la ciencia tiene respuestas para cualquier cosa, aquí les dejo una historia que, de seguro, despertará en vuestras almas un terror que nunca antes habíais experimentado. Esto ocurrió en la década de los 80, un individuo que gozaba de una elevada cantidad de dinero gozaba también de una...peculiar creencia, por así decirlo. Pensaba que, el ser humano nunca podría acercarse a Dios debido a que, según creía, los sentidos del ser humano (gusto, oído, vista, tacto y olfato) anulaban su percepción sensorial. Así pues, junto a un grupo de científicos sin escrúpulos (los cuales compartían las mismas ideas que el sujeto)comenzó una serie de experimentos que consistían en anular todos los sentidos de una persona humana y estudiar su evolución. Para tal fin, convencieron a un hombre bastante mayor, sin familia ni amigos, el cual dijo textualmente que su vida ya no tenía sentido y que no le importaba lo que le pasase. De ese modo, los científicos pudieron iniciar el experimento, consiguiendo quirúrgicamente, anular todos y cada uno de sus sentidos,quemando mediante agujas al rojo vivo ciertos puntos del cerebro de aquel hombre. Tras aquella operación, el hombre fue alojado en una habitación monitoreada, desde la cual era observado y estudiado por los científicos que participaban en el experimento. Durante los días posteriores, el sujeto estuvo relatando a diario lo que sentía y experimentaba a aquellos científicos, explicando que, de alguna forma, podía sentir y ver siluetas, así como escuchar voces de personas que habían fallecido y que tenían algún tipo de mensaje que dar desde el más allá. Los días pasaron, y cada día los relatos del sujeto de experimento se repetían, llegando incluso a sorprender a alguno de los científicos que lo estudiaban, revelando nombres de familiares fallecidos de los propios científicos...un padre, una esposa, un hijo, etc. No contentos con eso, los científicos decidieron continuar con el experimento, y los días continuaron pasando, hasta que, una noche, el sujeto de prueba despertó sobresaltado, gritando de terror, manoseando y pataleando y llorando a lágrima viva. Fueron necesarios varios minutos para calmarlo, y cuando finalmente lo consiguieron, sujetándolo con fuerza y asegurándole que no estaba solo y que ellos estaban allí con él, le preguntaron qué le sucedía, el hombre intentó mediante gestos y entre sollozos explicar algo que era indescriptible con palabras. Según él, en la habitación habían aparecido unas sombras deformes, oscuras y siniestras, nada parecido a lo que había vivido días atrás, las cuales trataban de agarrarlo con manos frías y desagradables, las cuales podía sentir en su piel, decía, y que le clavaban sus dedos como cuchillos de hielo. El hombre, asustado, fué finalmente sedado por los científicos allí presentes pues era incapaz de calmarse, pero pasaron los días y la cosa sólo fué a peor, pues en un punto ni siquiera los calmantes le hacían efecto, pues seguía despertando entre gritos y llanos de pura angustia y horror repitiendo que las sombras estaban allí, que podía verlas, oírlas y sentirlas. Aquel suceso provocó que varios de los científicos que participaban en aquel inhumano proyecto abandonaran el experimento y dejaran el lugar, pero los que se quedaron, quizás porque fueron presionados o porque su curiosidad superaba su miedo, decidieron ir más allá y continuar con el experimento. Finalmente, tras varias noches horribles, una mañana los científicos fueron a visitar al sujeto de prueba, pues no había dado señales de movimiento ni problema alguno la noche anterior, y lo que encontraron al abrir la puerta fue terrible. El hombre, tras otra visita de aquellas siniestras sombras que trataban de agarrarlo, se había arrancado a mordiscos la piel de sus brazos en un triste intento por cortarse las venas y suicidarse. Cuando los científicos corrieron a socorrerle y tratar de ayudarlo, el sujeto agarró con todas sus fuerzas el brazo de uno de ellos y, con sus ojos blanquecinos y ciegos clavados en los del científico como si pudiera verlo, y con la voz desgarrada y hundida le dijo "He visto a Dios, y nos ha abandonado...a todos" exhalando posteriormente su último aliento y cayendo en la cama, sin vida.


Si la historia les gustó, no se pierdan éste domingo las historias especiales que Miedo Magazine publicará como celebración de mi festividad favorita del año...¡¡HALLOWEEN!! Buenas noches y felices pesadillas