Dos y media de la madrugada, la calle está a oscuras, las luces de las farolas apagadas, llueve mucho. Un relámpago ilumina la zona por la que camina una solitaria silueta, que camina bajo la lluvia cabizbaja, cubierta únicamente por una sudadera negra con capucha. Se tambalea, camina con paso cansado, arrastrando sus deportivas, en silencio. De vez en cuando, el encapuchado, que no es otro que Eyeless Jack, se detiene, sin levantar la cabeza, y se encoge de hombros, suspirando. Camina durante varios metros más hasta que sus piernas ya no le tienen en pié, y decide sentarse en el bordillo de una acera, abrazándose a su piernas y encogiéndose de hombros. Entonces, siente que la oscuridad se hace menos intensa a su alrededor, se incorpora y se vuelve, dirigiendo su atención hacia la casa que tiene a su espalda, desde la que surge una pequeña y débil luz por una de sus ventanas. Entonces, Jack decide dirigirse hacia la casa, caminando hacia el portal. Comienza a oír de pronto el sonido de las gotas de agua cayendo sobre algo que hay sobre su cabeza, por lo que asume que se encuentra bajo el tejadillo de la entrada (todas las casas del pueblo tienen uno), entonces, levanta uno de sus brazos y estira su mano cerrada hacia la puerta, pero, al ir a golpear la puerta, sus dedos traspasan la puerta y éste se sorprende. Retira el brazo y se agarra los dedos, en silencio. ...es cierto, estoy muerto... piensa, y enseguida se dispone a volver sobre sus pasos, cuando en el interior de la casa escucha lo que parece el llanto de un niño, el cuál se queja a su madre de no querer ir a dormir, alegando que "un monstruo vivía en su habitación". vamos, cariño, ya hemos mirado bajo la cama y en el armario y no hay nada...los monstruos no existen, duérmete de una vez trataba de tranquilizarle su madre. Al oír eso, Jack se sorprendió. Finalmente, decidió que entraría en la casa a investigar, esperando a que las luces se apagaran por completo y traspasando sin problemas la puerta. A pesar de la oscuridad, Jack se deslizó con una increíble agilidad por la casa, sorteando toda clase de obstáculos tales como escaleras, puertas y muebles. De pronto, escuchó a pocos metros de su ubicación los leves sollozos del niño, junto a una débil y entrecortada respiración cerca de él, como si alguien que acabara de hacer un gran esfuerzo físico estuviera a su lado. Jack corrió hacia el lugar de donde provenían aquellos sonidos y, al traspasar una puerta, se topó de repente frente a una sorprendente escena...Un niño de entre 6 y 7 años de edad se acurrucaba en su cama, tapado con su manta hasta su cabeza y con los ojos fuertemente cerrados, temblando de horror y sollozando, mientras que, a pocos metros de la cama, se encontraba una criatura desnuda, de cuerpo delgado y huesudo, sin apenas pelo, piel grisácea y unos largos dedos en sus manos que más se asemejaban a grandes garras. Los ojos de la criatura, conocida comúnmente como "El rastrillo" o "The Rake", brillaban en la oscuridad, y cuando Jack entró, ésos rápidamente desviaron su atención del crío para fijarse en el sujeto que acababa de llegar. Tanto el rastrillo como Jack se quedaron un instante frente a frente, hasta que finalmente la criatura lanzó un ataque relámpago sobre el desprevenido encapuchado, quien parecía no haberla visto venir, haciéndole caer al suelo. El rastrillo asestó a continuación un duro golpe sobre el rostro de Jack con sus garras, solo para descubrir que éste llevaba una singular máscara azul de cuyo ojos negros parecía brotar sangre. Un relámpago alumbró la habitación, haciendo que la criatura descubriera que su nueva víctima no poseía el don de la vista, ya que carecía de globos oculares. En su lugar, extraños brotes de algo oscuro surgía del interior de sus cuencas vacías. Al oír el golpe, el chico que estaba en la cama se armó de valor y abrió los ojos, mirando la escena a través de su sábana, solo para contemplar como el rastrillo acuchillaba repetidas veces el cuerpo de Jack, quien apenas podía reaccionar. Preocupado por el estado del encapuchado, del cual la mente infantil del chico consideraba "un héroe que había venido a salvarlo del monstruo", el pequeño se armó de valor y se incorporó en la cama y cogió aire. ¡MONSTRUO! ¡DEJA EN PAZ A MI AMIGO! gritó el pequeño, haciendo que el rastrillo se volviera hacia él, soltando el cuerpo de Jack. La criatura se volvió hacia el crío y rápidamente saltó sobre él, mostrando sus garras. Horrorizado, el chico rodó hacia el lado contrario de la cama, cayendo al suelo y arrastrándose bajo el colchón, librándose por centímetros de la cuchillada del rastrillo, que atravesó el colchón con sus garras con suma facilidad, deteniéndose a unos centímetros del cuerpo del chico. El rastrillo comenzó entonces a desgarrar la cama a zarpazos, mientras que el aterrorizado chico miraba la escena bajo la cama. Al desviar su vista hacia la puerta de su habitación, descubrió que Jack no se encontraba donde había caído, y entonces, un escalofrío de horror recorrió su espalda...¿tal vez su "salvador" había huido?. El miedo del chico tornó en horror al ver que el rastrillo bajaba de la cama y se asomaba a su escondite, mirándolo fijamente con sus enormes ojos negros. El chico gritó y trató de huir, pero el rastrillo lo agarró con sus garras y lo arrastró fuera de su escondite, levantándolo un palmo del suelo y dejándolo caer sobre la cama. Entonces, la criatura levantó una de sus garras y la dirigió hacia el chico, pero entonces, se detuvo de repente, miró su pecho y se encontró atravesada por un pequeño puñal, el cual portaba en la mano nada menos que Jack, que había recuperado su máscara y acudido en ayuda del chico. Cuando el rastrillo se vio libre del cuchillo, retrocedió y se tambaleó, llevándose sus garras al pecho, mientras del hueco de la puñalada brotaba una espesa sangre. La criatura se volvió hacia Jack, quien rápidamente volvió a asestar una potente puñalada, ésta vez en el estómago del rastrillo, que aulló de dolor, para luego levantar el brazo con todas sus fuerzas, haciendo que el cuchillo abriera en canal el cuerpo de la bestia, que se desplomó en el suelo sobre su propio charco de sangre. Luego, Jack se agachó junto al cuerpo del rastrillo y comenzó a sacarle con sus propias manos todos los órganos que encontraba en el, hasta que de pronto, escuchó las luces del exterior encenderse y unos agitados pasos que se acercaban escaleras arriba a la habitación del chico. Entonces, Jack introdujo por última vez sus manos en el cuerpo del rastrillo, aún con vida, arrancándole el corazón y los riñones, escapando posteriormente por la ventana, ante la mirada de espanto del chico al que acababa de salvar. Cuando la madre del chico entró en la habitación y encendió las luces, se topo con una terrible escena. la habitación estaba destrozada, había sangre y tripas por todas partes, su hijo estaba en estado de shock y el cuerpo sin vida del rastrillo yacía en el suelo de la habitación, aún caliente y brotando sangre de éste. Horas más arde, la policía prensó el lugar, y tanto el chico como su madre acabaron hospitalizados en una clínica mental debido al shock. Ésta historia nunca salió a la luz, y la versión oficial de la policía y los medios fue que un psicópata entró en la casa y fue atacado por el perro de la familia, quien fue brutalmente masacrado pero puso en fuga al sujeto.
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