miércoles, 28 de mayo de 2014

Duelos Creepy: Slenderman vs Jeff The Killer

Si, fieles lectores de Miedo Magazine, como prometí y después de varios meses de sequía, aquí está la primera (y espero que no la última) entrega de una sección que llamaré "Duelos Creepy" y que reunirá a los más conocidos personajes de los creepypastas de Internet. La noche de hoy es una lluviosa noche de viento a mediados de Febrero, la misma clase de noche en la que, Jenny Harker, una joven adolescente que acababa de salir de su trabajo a media jornada como camarera en un McDonalds de la ciudad, corría apresurádamente entre calles y callejones, con claro gesto de terror en su rostro, y es que, muy de cerca, una horrenda silueta le pisaba los talones incansablemente. Su perseguidor, de edad joven, pelo oscuro y largo, vestía una sudadera blanca ensangrentada, y unos pantalones vaqueros oscuros. Llevaba en sus manos un enorme cuchillo carnicero, el cual blandía en el aire con suma facilidad, como si lo llevara haciendo mucho tiempo. Mientras huía, Jenny se volvió a mirar a su perseguidor, el cual clavó sus ojos de psicópata demente en los de da la joven, que gritó horrorizada. Al oír el grito de su víctima, el alma del agresor sintió un profundo placer, siendo inevitable que éste dejara escapar una sonrisa en su pálido rostro. Sonrisa que, bañada en sangre, cruzaba el rostro de éste de lado a lado. -No corras, jovencita, detende de una vez. Solo quiero ayudarte, te veo cansada y pienso que ya es hora de que vayas a dormir-. Éste sujeto no es otro que el conocido asesino Jeff "The Killer", el cual lleva varios días rondando por la ciudad en busca de víctimas, evitando constántemente los intentos de la policía local para capturarle. Había puesto sus ojos en Jenny desde hacía varios minutos, pero la joven se las había apañado hasta ahora para evitar que la alcanzara, sin embargo, sus piernas comenzaban a fallar y Jeff no parecía mostrar signos de agotamiento en ningún momento. Desesperada, Jenny toma aliento y corre hasta llegar a las afueras de la ciudad, adentrándose en un oscuro bosque cercano. Jenny trata de despistar a Jeff entre los árboles, sin darse cuenta de que en uno de ellos hay clavado un papel viejo escrito a mano en el que se lee PELIGRO:ZONA PROHIBIDA, seguido de un símbolo extraño formado por un círculo atravesado por dos líneas en diagonal en forma de "X". Al pasar junto a aquella nota, Jeff se detiene y se acerca a mirarla. Su desquiciada mente le previene de que conoce ése símbolo, pero no consigue recordar porqué. Segundos más tarde, recuerda porqué se encuentra allí y, aunque está desorientado por la oscuridad, continúa corriendo por el bosque, tratando de localizar a su víctima. Cuando Jenny se vuelve y descubre que Jeff ya no la sigue, se detiene, agotada. La chica mira a su alrededor y descubre que se encuentra sola, y que no sabe dónde está. Jenny camina durante varios minutos por el bosque, cada vez más perdida e inquieta, cuando a su espalda comienza a sentir una presencia acechándola. Temblando ante la idea de que Jeff la haya encontrado finalmente, la joven empieza a correr en línea recta, más preocupada de dejar atrás a Jeff que de salir de allí. Sin embargo, por más que la chica corre, la presencia no desaparece, y finalmente, Jenny se siente acorralada. Sin poder evitar llorar, Jenny continúa su huida, pero la oscuridad y las lágrimas que cubren sus ojos no son de ayuda y finalmente tropieza con una raíz que sobresale del suelo, cayendo con fuerza sobre la tierra mojada, sintiendo como su tobillo se rompe debido a la mala caída. Jenny se retuerce de dolor, sujetándose su tobillo, pero, al sentir más cerca que antes la presencia a su espalda, el dolor se transforma en desesperación y rabia, y la chica hace un esfuerzo enorme por avanzar, aunque sea arrastrándose, solo para mirar por encima de su hombro y descubrir como una criatura alta, delgada y vestida de traje negro se acerca cada vez más a ella. Al principio se siente alivida, pues piensa que se trata de un adulto que ha venido a ayudarla, pero su alivio se torna en terror cuando la criatura acerca su pálida cabeza, la cual no tiene rostro alguno, y sujeta su cuerpo con dos grandes manos de largos dedos. Jeff, que continúa la búsqueda de Jenny, escucha en la lejanía el grito desgarrador de la joven, y su alma se parte en pedazos por la ira. Jeff corre rápidamente hacia el lugar de donde provenía el grito, sólo para descubrir la ropa destrozada de Jenny bañada en sangre. Jeff siente que le hierve la sangre y patea la ropa hecha harapos de la joven. Era SU presa ¿Quién había osado arrebatársela? Entonces, Jeff siente que alguien lo vigila, se vuelve, pero sus ojos cansados no consiguen ver nada en la oscuridad. Sin embargo, en su piel siente que alguien lo vigila, y sabe que conoce a ese alguien. De pronto, Jeff escucha un crujido de madera al romperse a su espalda, y rápidamente se vuelve con una certera puñalada que se clava en lo que parece ser un tronco de árbol...al menos, hasta que éste se desvanece ante la mirada de Jeff. Cuando éste mira a su espalda, distingue entre los árboles a un viejo conocido...el ente maligno conocido como Slenderman. Jeff aprieta con fuerza su cuchillo y mira hacia Slenderman, que lo observa en la distancia, impasible, como siempre, y siente como su cuerpo se tensa y su desquiciado cerebro envía a cada uno de sus músculos el impúlso de saltar sobre el cuerpo de Slender. -Tú, tio raro...¿Tú eres el que ha hecho ésto? No consiento que nadie se burle de Jeff...- Grita Jeff a pleno pulmón, sin embargo, Slenderman no se inmuta, y continúa observándolo en la distancia, impasible e inamovible. Furioso, Jeff se avalanza sobre Slenderman, pero a pocos metros de éste, siente un terrible dolor en su hombro derecho, y cae de rodillas al suelo. Cuando Jeff se lleva la mano al hombro, siente algo similar a una estaca larga atravesándolo, y además, se percata de que está húmedo, y al mirarse la mano descubre que ésta esta ensangrentada. Jeff levanta la mirada hacia Slenderman, el cuál, aun a metros de distancia, ha conseguido herirlo usando uno de los tentáculos que le salen de la espalda. La mente de Jeff se inunda entonces de numerosos recuerdos, en los que se ve a sí mismo en aquel fatídico día en el que fue agredido por los mismos chicos que le desfiguraron su rostro. Una agradable sensación inunda el corazón del asesino, quien sonríe, agarra el tentáculo que lo hirió y, con fuerza y rabia, clava su cuchillo en el tentáculo de Slenderman, haciendo que éste lo retire, dolorido. La alargada criatura, furiosa, comienza a correr hacia Jeff, deslizándose sin dificultad entre los árboles a pesar de su tamaño. Jeff se sorprende, pero no parece intimidado. En cambio, comienza a correr hacia Slenderman empuñando en alto su cuchillo, pero cuando están apunto de encontrarse, Slender lo golpea con otro de sus tentáculos en el costillar, haciéndo que Jeff caiga al suelo sin aliento y dejando caer su arma. Jeff toma un par de bocanadas de aire, y trata de encontrar el cuchillo, sin embargo, el dolor de la herida y la oscuridad le impiden localizarlo por más que tantéa el suelo en su búsqueda, por tanto, y al ver que Slender se le viene encima, decide levantarse como puede y huir. Minutos más tarde, Jeff se detiene, sin aliento, y se vuelve para ver si Slender le persigue, sin embargo, no vé a la criatura por ninguna parte, y su corazón es invadido por la ira. ¡GRANDISIMO HIJO DE PUTA! ¡POR SU CULPA HE PERDIDO MI MALDITO CUCHILLO! ¿COMO LO HARÉ PARA MANDARLO A DORMIR AHORA?. Cegado por el odio, Jeff patea el suelo, y de pronto, escucha el leve susurro del relente nocturno. Jeff cierra un instante sus ojos y comienza a recordar la fatídica noche en la que asesinó a sus padres y a su hermano Liu. Recuerda que ésa noche corría un viento similar al que estaba sintiendo en éste momento, y no pudo evitar sentir un fuerte pinchazo en su pecho, lo que hizo que se llevara las manos a su corazón y cayera de rodillas. Jeff no entendía que pasaba, no sabía si el viento le había hecho sentir algún tipo de remordimiento por lo que hizo aquella noche...o tal vez era que su instinto asesino estaba haciéndose nuevamente con el control de su cuerpo. ¿Cuanto hacía que había derramado sangre por última vez? Jeff se puso en pié y tomó entonces una decisión, dándose la vuelta y volviendo sobre sus pasos. Minutos más tarde, Jeff se topó de frente con lo que él consideró un oasis en un desierto. Un vieja cabaña abandonada, que había sido usada a modo de trastero. Jeff se dirigió hacia la cabaña y entró en ella sin mayor problema, pues no tenía puerta, tanteó en la pared hasta dar con una especie de cadena, de la cual tiró para que una vieja y casi agotada bombilla iluminara un poco el lugar, mostrándole a Jeff que su descubrimiento era mejor de lo que imaginaba, pues se encontraba ante lo que seguramente en su día fue un taller, pues aún conservaba algunos trastos. Jeff revisó el lugar, topándose con trozos de madera podrida y carcomida, clavos, hierros y alguna que otra herramienta de trabajo, entre las cuáles había un destornillador, el cual tomó y observó por un instante a unos centímetros de su eterna sonrisa. Esto puede serme útil para mandar a dormir a ese desgraciado sin cara...ja...jaja...¡¡jajajaja!! Dijo Jeff echándose a reír. De pronto, algo dentro de él dio un fuerte salto a modo de alarma, y Jeff levantó su cabeza para mirar la bombilla que colgaba del techo, la cual se balanceaba a un lado y a otro por el viento, proyectando la luz hacia el exterior de la cabaña. Jeff puso una leve mueca en su rostro...no había caído en que la luz podría alertar a su víctima de su posición y darle ventaja. Se dirigió a apagar la luz, tomó la cadena y tiro con fuerza de ella, haciendo que el lugar quede por un instante a oscuras. Jeff empuña el destornillador que tiene en la mano y se agacha en la oscuridad, en silencio, intentando oír algo que le indique la localización de la criatura sin rostro. Pasan unos segundos, en los que Jeff escucha todo tipo de crujidos y movimiento en el exterior, y de repente, se hace el silencio absoluto. Jeff se extraña, pero parece que finalmente su "amigo" no lo ha localizado, así pues se incorpora y vuelve a tirar de la cadena que encendía la bombilla, solo para toparse con el "rostro" de Slenderman frente a la entrada. el cerebro enfermo de Jeff reacciona rápidamente, enviando un impulso nervioso a modo de reflejo al brazo armado de Jeff, haciendo que éste se lance sobre Slenderman, el cual trata de evitar el golpe, pero no puede evitar ser alcanzado por el destornillador de Jeff, el cual produce un terrible corte en el rostros de Slender, desgarrándole media cara y manchando el brazo y la mano de Jeff, así como su ropa con sangre de la criatura. Slenderman retrocede dolorido y se lleva sus manos a la cara, haciendo que Jeff sienta por dentro algo qué el interpreta que es parecido a un orgasmo. Jeff sonríe y se dispone a asestar otro golpe a Slenderman, pero éste, furioso, reacciona empujando a Jeff con violencia hacia el fondo de la cabaña, chocándo éste contra una mesa y tirándo todo lo que había sobre ella al suelo, incluído un farol viejo de esos de gasolina. Con el movimiento, el tendido eléctrico de la cabaña se resiente y la vieja bombilla estalla, provocando que sus chispas caigan sobre la gasolina derramada por el suelo del lugar y convirtiéndolo en un verdadero infierno. Las llamas  se reflejan en los ojos de Jeff, el cual es asaltado por el recuerdo de cuando peleó con aquellos tipos y acabó envuelto en llamas. El cuerpo y el rostro de Jeff se resienten y éste se retuerce, tratando de incorporarse. Jeff, una vez en pié, trata de salir del lugar, pero en la entrada lo espera un furioso Slenderman, el cual asoma su rostros herido y alarga sus brazos dispuesto a agarrar a Jeff. los ojos de Jeff pasean rápidamente por la cabaña hasta posarse en una ventana abierta, de modo que Jeff de un ágil salto sale por ella al exterior de la cabaña en llamas. Sin embargo, Slender no está dispuesto a dejarlo marchar, y con sus tentáculos rodea la casa, forzando a Jeff a buscar otro camino de huída. Completamente acorralado, Jeff opta por subir al tejado de la cabaña, de forma que Slender no pueda alcanzarlo, y así se sujeta a una vieja tubería que sube por la pared de la cabaña, hasta llegar al tejado de ésta. Jeff mira a su alrededor tratando de localizar a Slenderman, al cual no consigue ver entre el humo y la oscuridad. de pronto, de entre la cortina de humo causada por el fuego, surge la figura de Slenderman, que se avalanza sobre Jeff, quien, viéndose desarmado, reacciona cual gato panza arriba, sujetándo lo que parece la vieja antena de televisión de la cabaña, arrancándola de cuajo del tejado y arremetiendo con ella contra el cuerpo de Slenderman a modo de lanza, con tan buena suerte que consigue ensartar a la criatura...o al menos eso crée él, pues el cuerpo de Slender se vuelve intangible nuevamente, evitando el golpe y desorientando a Jeff, quien sin querer, se precipita hacia el suelo desde el tejado, quedando ensartado él mismo por el costillar con la antena que llevaba en sus manos. Slender se dirige hacia el cuerpo de Jeff y lo observa aténtamente, pero al escuchar el fuerte y desagradable sonido de las sirenas de bomberos, decide marcharse del lugar, ocultándose nuevamente en el bosque. Horas más tarde, los bomberos consiguen gracias a la llamada telefónica de alerta de un vecino cercano detener el misterioso incendio que se ha producido en el bosque y que ha reducido una vieja cabaña de madera a escombros y cenizas. Cuando todo ha acabado, uno de ellos se quita el casco y comienza a recoger la manguera de su coche de bomberos. Bueno, Bill, por fin todo ha acabado..el día ha sido duro ¿eh? y encima somos los últimos en irnos...Bill...¿Bill?. Extrañado por la falta de conversación de su compañero Bill, el bombero se acerca a la parte delantera del camión, solo para descubrir con horror que su compañero se encuentra sentado sobre el asiento del conductor, muerto  a causa de un destornillador clavado en su garganta. El aterrorizado bombero suelta la manguera, entra en el vehículo y agarra un Walkie que hay en la guantera y trata de encenderlo...solo para ser atrapado por su cuello con la manguera del vehículo. El bombero forcejéa tratando en vano de liberarse, pero su agresor es más fuerte que él. Antes de perder el conocimiento, el horrorizado bombero vuelve su cabeza, solo para contemplar la macabra y sangrienta sonrisa de su atacante, el cual tiene evidencias de quemaduras en ropa y cuerpo, el cual le mira con sus siniestros ojos y le susurra al oído: Sshhh...tranquilo, sólo ve a dormir....

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